Fèlsina

Bodega emblemática no sólo del Chianti Classico, sino de toda la Toscana, Fèlsina es una bodega cuyas raíces se remontan a los años 60, cuando Domenico Poggiali compró la finca y, en aquella época difícil para la viticultura italiana, decidió invertir en el futuro de la zona y en la calidad de su vino.
Apasionados por la viticultura y hábiles empresarios, Domenico y su hijo Giuseppe modernizaron la gestión del campo sin abandonar el espíritu de la tradición, valores que siguen siendo válidos hoy en día.
Estamos en Castelnuovo Berardenga, en la frontera sur de ese Chianti Classico que mira de lejos hacia Montalcino, un lugar mágico que da lugar a algunos de los vinos más vibrantes de la denominación.
La finca posee actualmente algo menos de cien hectáreas de viñedos, para una producción anual que alcanza una media de 490.000 botellas. En el viñedo, la principal preocupación es defender la fertilidad natural de los suelos, que se mantienen equilibrados mediante la adopción de técnicas agronómicas cuidadosas y vanguardistas, no muy alejadas de las normas de la agricultura biodinámica. De este modo, en un contexto en el que se respetan al máximo el medio ambiente y el ecosistema, cada cepa es capaz de producir uvas finas que cumplen los más altos estándares de calidad posibles.
A finales del siglo pasado, la bodega realizó importantes inversiones en equipamiento enológico, y las uvas se transforman aprovechando las peculiaridades intrínsecas de la materia prima, para obtener vinos equilibrados, coherentes y caracterizados por un estilo muy preciso.
Vinos longevos, extraordinariamente típicos y tradicionales, desde el "Fontalloro" hasta el "Rancia", desde el Chianti Classico, también Riserva, hasta el Vin Santo, pasando por el "Maestro Raro" y el "Colonia", sin olvidar el Blanco "I Sistri" y ni siquiera el Spumanti Metodo Classico, el último en haber entrado en la gama de etiquetas propuestas por Fèlsina, pero inmediatamente capaz de expresar indefectiblemente altos niveles de calidad.