Eugenio Collavini

El árbol genealógico de la bodega Collavini nos permite remontarnos a finales del siglo XIX: en efecto, fue en 1896 cuando Eugenio decidió fundar su propia bodega en la pequeña localidad de Rivignano, en la provincia de Udine.
Al principio de su aventura, Eugenio abastecía a las principales familias nobles de la zona, así como a algunas tiendas comerciales que, entre otras cosas, vendían vino. El mando de la bodega pasó primero a Giovanni, que dirigió la empresa en el periodo de entreguerras, y después a su hijo Manlio, figura fundamental en el desarrollo de Collavini. De hecho, Manlio fue uno de los primeros en exportar los vinos friulanos a todo el mundo, al darse cuenta de que, en un clima de renovada serenidad internacional, había que ampliar los horizontes comerciales, y no sólo eso, sino que se dedicó a trasladar las bodegas a Corno di Rosazzo y a introducir nuevas variedades de uva y métodos de vinificación.
Hoy en día, Manlio está flanqueado por sus hijos Giovanni, Luigi y Eugenio, que supervisan cuidadosamente las más de 170 hectáreas de la propiedad, que se encuentran dentro de las dos DOC más prestigiosas de toda la región, Collio y Friuli Colli Orientali. En los viñedos se cultivan uvas blancas y tintas, tanto autóctonas como internacionales, como chardonnay, pinot nero, ribolla gialla, pinot grigio, sauvignon, friulano, merlot, picolit, verduzzo giallo, pignolo, refosco, schioppettino y cabernet sauvignon.
El equipo de Collavini produce más de veinte etiquetas cada año, con una selección de blancos -entre ellos "Broy", un Collio Bianco premiado con 5 Grappoli por la guía Bibenda, y "Blanc Fumat"- y tintos, encontramos una notable selección de vinos espumosos, donde destaca el Ribolla Gialla Brut, una auténtica intuición de Manlio, que desde los años 70 lo ha convertido en uno de los mejores espumosos italianos, como atestiguan los 3 Bicchieri otorgados por Gambero Rosso.