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Dönnhoff

Leyenda viva de la enología alemana y mundial, Helmut Dönnhoff (brillantemente asistido por su hijo Cornelius, reciente ganador en 2014 del prestigioso premio otorgado por el Frankfurter Allgemeine Zeitung al mejor enólogo alemán) ha sido y sigue siendo, ante todo, uno de los artífices más clarividentes e inspirados del ascenso del Nahe a la categoría de región vitícola a la altura de las más nobles e históricas Rheingau y Mosel. Una fecha por encima de todo quizá ayude a comprender plenamente cómo se entrelazan la biografía de Helmut y la historia reciente de la vinicultura de Nahe, de una manera sorprendente, casi como el destino, por decirlo de alguna manera. De hecho, fue en 1971 cuando el entonces joven de 22 años Helmut, nieto del fundador Hermann, tomó las riendas de la pequeña empresa familiar, decidiendo supervisar su vinificación. Casualmente, fue en ese mismo año cuando se promulgó la ley que todavía define el sistema de calidad de los vinos alemanes y que también incluyó a Nahe entre las 13 "denominaciones regionales de calidad" teutonas (Anbaugebiet). Partiendo de esta premisa, seguro de que los vinos de su tierra podían expresar una identidad propia a la que el etiquetado de "vinos del Rin" genérico adoptado hasta entonces por casi todos los productores locales no hacía justicia, Helmut inició una revolución paciente, silenciosa e inaparente entre las 4 hectáreas de hileras empinadas que poseía. Miembro de la asociación VDP, Weingut Dönnhoff cuenta actualmente con unas 25 hectáreas de viñedos en los que, además del riesling, también hay pinot bianco y pinot grigio. Los diferentes microclimas, a menudo muy acentuados, así como las laderas de las más prestigiosas Erste Lage (cru plantadas con riesling de reconocida vocación superior la extraordinaria variedad de la composición mineral de los suelos en los que las vides, nunca regadas a pesar del clima a menudo seco, se ven obligadas a arraigar profundamente; las altas densidades de plantación y la poda que obligan a los racimos a madurar por debajo, cerca de los suelos pedregosos, pudiendo así beneficiarse del calor liberado durante la noche; vendimia quirúrgica, que consiste en no menos de 3 pases realizados a intervalos significativos; fermentación prolongada y muy lenta, en su mayor parte espontánea, en la que se limita la inoculación de levaduras seleccionadas, gracias también a la elección de mostos de transformación no perfectamente clarificados y, por tanto, más ricos: Estas son sólo algunas de las prácticas que ayudan a definir la identidad siempre cambiante de los vinos Dönnhoff, producidos en una gama que va desde el Trocken hasta el raro Eiswein. Son vinos puros y gráciles, con una precisión mineral sideral, picos de elegancia: los vinos más secos son nítidos, aireados y enrarecidos, mientras que los más dulces son opulentos y contrastados.