Méo Camuzet

A principios del siglo XX, Etienne Camuzet comenzó a ampliar sus viñedos en Vosne-Romanée, en el corazón de la Côte d'Or, buscando zonas con buena reputación. Las fincas, que a estas alturas se encontraban en casi todas las principales denominaciones de Borgoña, permanecieron en la familia hasta la muerte de la hija de Etienne en 1959, cuando pasaron a su pariente más cercano, Jeàn Meo, quien, sin embargo, cedió la gestión a una serie de aparceros, que se llevaban la mitad de la producción a cambio, elaborando vino o vendiendo las uvas. Hasta que en 1988 el hijo de Jean tomó las riendas de la finca, dirigiéndola junto con el enólogo Henri Jayer y decidiendo poco a poco abandonar el uso de productos químicos, promoviendo el equilibrio natural del viñedo con prácticas de agricultura ecológica.