Di Meo

A principios de los años 80, los hermanos Erminia, Generoso y Roberto Di Meo se hicieron cargo de la histórica granja de sus padres Vittorio y Alessandrina, situada a pocos kilómetros de Avellino, en el municipio de Salza Irpina.
La propiedad, que en su día perteneció a los príncipes Caracciolo, está rodeada de suaves y ventosas laderas, dominadas por un característico pabellón de caza del siglo XVIII. El objetivo de los tres hermanos es elaborar vinos a partir de las variedades autóctonas más extendidas en Irpinia, como el Fiano, el Greco, el Aglianico y la Coda di volpe, y potenciar el patrimonio de tradiciones culturales y territoriales que han heredado. Se plantaron viñedos y en 1986 llegaron los primeros vinos familiares: así nació la bodega Di Meo.
Mientras el vino de Irpinia conoce un periodo de fuerte desarrollo, con el importante reconocimiento de las tres DOCG Fiano di Avellino, Greco di Tufo y Taurasi y el crecimiento de un sector vinícola de importante calidad, el proyecto vinícola Di Meo evoluciona rápidamente: la producción de vinos, en las zonas más idóneas de la provincia, se ve flanqueada por la de licores, aguardientes y otros productos gastronómicos de Irpinia, y en pocos años la empresa se configura entre las realidades productivas más prestigiosas del territorio.
Hoy en día, la empresa está dirigida por Roberto, enólogo y director comercial, y por Generoso, promotor de "Di Meo Vini ad Arte", un proyecto de valorización y difusión del patrimonio cultural de Irpinia y Campania en todo el mundo: al igual que el vino, es una forma de celebrar el vínculo de la familia con el territorio y de ofrecer su historia al gusto contemporáneo.