Palmento Costanzo

La historia de Palmento Costanzo comenzó en 2011, cuando la familia Costanzo decidió poner en marcha una actividad para restaurar un antiguo palmento, la tradicional bodega etnea utilizada en el siglo XVIII. El palmento está dotado de sistemas constructivos de última generación, construidos según los principios de la bioarquitectura, pero conserva su estructura interna original, con una disposición en varios niveles para permitir la vinificación "por gravedad": la uva recién vendimiada se estruja en el nivel más alto, donde se separa del raspón; el mosto que surge llega a las cubas de fermentación por gravedad, y luego desciende a la sala de barricas, donde tiene lugar la larga crianza. Palmento Costanzo produce vinos finos del Etna DOC, en una zona que en 2013 se convirtió en Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, capaz de garantizar un alto nivel de biodiversidad. Para ser exactos, nos encontramos en el distrito de Santo Spirito, en la aldea de Passopisciaro, una pequeña perla asentada sobre la lava del volcán, reconocida como una de las zonas más vocacionales de la denominación, particularmente rica en sustancia orgánica y minerales, cuyos suelos se caracterizan por ser de color marrón volcánico, derivado de la desintegración de los depósitos de lava. La fertilidad de los suelos permite un floreciente cultivo en matorral apoyado por estacas de castaño de las cepas autóctonas Nerello Mascalese, Nerello Cappuccio, Carricante y Catarratto. En los viñedos de la finca hay también muchas vides en prefloración, plantas de inestimable valor histórico y enológico.