Ceretto

"La tierra, la tierra, la tierra y luego la tierra otra vez", escribió Luigi Veronelli: esta es la misma filosofía que la familia Ceretto ha mantenido en particular desde los años 60, cuando Bruno y Marcello comenzaron a trabajar junto a su padre Riccardo en la bodega que éste fundó en los años 30 en Alba. Su objetivo era claro: seleccionar los viñedos en las ubicaciones más sólidas desde el punto de vista histórico y vinificar las uvas individualmente.
Una idea que tuvieron durante un viaje a Borgoña, pero sobre todo una idea que se demostraría acertada en el tiempo y que llevaría a las botellas de Ceretto al Olimpo de la enología mundial, convirtiendo a Barolo y Barbaresco en los vinos más apreciados del mundo. Una intuición fundamental, una verdadera revolución para un territorio en el que el concepto de cru era entonces totalmente desconocido.
Hoy, más de cuarenta años después, la familia Ceretto es una de las mayores propietarias de viñedos del Piamonte, con más de 160 hectáreas situadas principalmente en las zonas más preciadas de las Langhe y el Roero, incluidas las zonas DOCG de Barolo y Barbaresco.
Entre las hileras, bajo la dirección de Alessandro Ceretto, se consiguió en 2015 el objetivo de la certificación ecológica, lo que significa que las vides se crían respetando plenamente el medio ambiente y el ecosistema, están libres de herbicidas químicos y se tratan con tratamientos mínimamente invasivos. Las uvas Nebbiolo, Arneis y Riesling del Rin, y luego Cabernet Sauvignon, Merlot y Syrah, así como Dolcetto, Barbera y Moscato, llegan a la bodega para transformarse en Barolo, Barbaresco, Langhe Arneis DOC, Dolcetto d'Alba, Barbera d'Alba, Moscato d'Asti y Barolo Chinato.
Las etiquetas, empezando por la "Blangé" y pasando por la "Monsordo", la "Piana", la "Rossana" y la "Bernardina", hacen referencia al nombre de "Ceretto", en las Langhe piamontesas, sin duda uno de los más prestigiosos en materia de vinos. Un nombre que se ha convertido en sinónimo de atención, investigación y etiquetas que expresan una alta identidad territorial, exaltando el verdadero carácter varietal de las uvas con extrema pureza y refinada elegancia.