Banfi

La historia de la que puede considerarse con razón una de las bodegas italianas más famosas comenzó a finales de los años 70, concretamente en 1978, cuando los hermanos italoamericanos John y Harry Mariani pusieron en marcha un proyecto a gran escala en Montalcino, integrando la producción de vino de calidad con una bodega moderna, innovadora y vanguardista. Fue un enfoque completamente nuevo, sin precedentes y posteriormente imitado por muchos, pero con el objetivo incuestionable de mantener siempre la altísima calidad de los vinos producidos. Junto a la familia Mariani trabajaba Ezio Rivella, uno de los más grandes enólogos italianos de todos los tiempos, que enseguida consideró que la riqueza del suelo y la privilegiada posición microclimática permitían que la producción sobresaliera en el panorama toscano de la época.
No se equivocó en absoluto, y durante años el de Banfi fue de hecho un modelo único, capaz de transmitir no sólo a Estados Unidos, sino en general a todo el mundo, todas las mejores características de los vinos de Montalcino en su sentido más moderno.
En la actualidad, la finca se extiende hasta el límite del Valle de Orcia en un total de 2.830 hectáreas, de las que aproximadamente un tercio se cultiva como viñedos y el resto como olivares, huertos, bosques y tierras sin cultivar. La bodega, diseñada para preservar la integridad y la riqueza de las uvas, utiliza la tecnología de vinificación más avanzada, fruto de una revolucionaria experimentación técnica.
Es aquí, entre las más de 7.000 barricas, donde nacen vinos de gran encanto y elegancia, sinónimo de Montalcino en todo el mundo. A lo largo de los años, además, la empresa se ha expandido constantemente, invirtiendo también en las tierras de Piamonte, Emilia y América del Sur, y no menos importante lanzando una importante actividad de distribución de vinos finos de todo el mundo. En definitiva, es una empresa como pocas, capaz de combinar grandes cifras con una calidad absoluta.