Castel Faglia
"Castel Faglia" se encuentra en Calino, una aldea de Cazzago San Martino, en la provincia de Brescia, justo en el centro de Franciacorta.
A un paso de Milán, con vistas a las orillas del lago de Iseo, en un área de unos 200 kilómetros cuadrados que incluye 19 municipios de la provincia de Brescia, Franciacorta cuenta con suelos morénicos de extraordinaria riqueza mineral; ésta, junto con la heterogeneidad de los suelos, es el elemento fundacional de la viticultura de calidad, plenamente apreciable en las características sensoriales de cada vino espumoso que aquí se produce.
La finca Castel Faglia toma su nombre del castillo del mismo nombre situado en una colina cuyas laderas están cubiertas de viñedos, algunos de ellos en terrazas; gracias a la perfecta exposición, al terreno pedregoso y al microclima, se obtiene una uva única porque se produce en un entorno de características incomparables.
Propiedad de la familia Cavicchioli, que siempre se ha dedicado a la viticultura y produce vinos premiados y de renombre desde 1928, Castel Faglia está rodeado de bosques y viñedos y es conocido por su producción de excelentes vinos de Franciacorta.
Para Castel Faglia, la selección de las uvas tiene una importancia fundamental y, de hecho, no produce sus propias uvas a partir de grandes viñedos, sino de pequeñas parcelas cultivadas como si fueran preciosos jardines, con el resultado de desarrollar racimos con características aromáticas realmente distintivas.
Los viñedos de Castel Faglia, que abarcan unas 17 hectáreas, se componen únicamente de cepas de Chardonnay, Pinot Blanc y Pinot Noir; con las uvas se producen dos líneas diferentes de Franciacorta: Castel Faglia y Monogram.
La línea Castel Faglia es la Franciacorta más típica de la empresa y expresa plenamente todo el carácter y la excelencia del estilo de la bodega; un estilo que se desarrolla en la intensidad de sabores ricos y complejos, en perfecta armonía con aromas finos y elegantes.
Los vinos de Franciacorta de la línea Monogram, en cambio, proceden de los mejores crus de los que dispone la finca y se elaboran sólo en determinados años, cuando las condiciones climáticas, la calidad de la uva y las características organolépticas crean las condiciones óptimas para obtener vinos de Franciacorta realmente únicos.
La línea Monogram es sinónimo de excelencia rara e identifica las botellas dedicadas a los amantes de la Franciacorta más experimentados y apasionados.
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