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Biondi Santi

Ninguna otra bodega en Italia está tan íntimamente ligada a los orígenes, a la historia y a todo el recorrido de su denominación como Biondi Santi lo está al Brunello di Montalcino. Una historia que hunde sus raíces en el siglo XIX, con los primeros ensayos de vinificación de Clemente Santi, el hombre que dedicó gran parte de su vida al estudio del Sangiovese y que vio cómo su "vino tinto seleccionado" -en realidad Brunello- era premiado en la Exposición Universal de París de 1865.
Un camino que no se ha detenido desde entonces y que ha consagrado a la bodega como líder indiscutible de toda la zona de Ilcinese, un ejemplo de tradición que todos siguen mirando con admiración. De hecho, los vinos que salen cada año de Tenuta Greppo siguen siendo considerados como algunos de los mejores vinos del mundo, modelos de elegancia y longevidad. Con plantas que, en algunos casos, superan los ochenta años de edad, Tenuta Greppo puede contar hoy con una extensión de viñedo de veinticinco hectáreas, en las que se encuentran única y exclusivamente cepas de Sangiovese grosso. Los rendimientos por hectárea son muy bajos, entre 30 y 50 quintales, para una producción anual que rara vez supera las 80 mil botellas, incluidas 10 mil botellas de Brunello di Montalcino Riserva, producidas sólo en añadas excepcionales. A la bodega sólo llegan las uvas de primera selección, procedentes de viñedos de al menos diez años para el Brunello d'annata, y de plantas de más de veinticinco años para el Riserva. Luego viene la elaboración, que comienza con el despalillado, seguido de la trituración y la fermentación, realizada en cubas y depósitos de cemento con temperatura controlada. Por último, tras la fermentación maloláctica, se inicia el envejecimiento en grandes barricas de roble de Eslavonia, seguido del embotellado, que no se produce antes de cuatro años después de la cosecha.
Unos sencillos pasos, en el signo de la más rígida y esencial de las tradiciones, para un Brunello, el de Biondi Santi, que encuentra su secreto en sus orígenes más antiguos, renovados a lo largo de los siglos de temporada en temporada, hacia un prestigio y una fama internacional que hoy no conoce límites.