Antonella Corda

Un vínculo indisoluble entre los miembros de la familia Corda -viticultores desde hace generaciones- y su tierra y sus viñedos: estas son las premisas en las que se basa hoy la realidad de la "Cantina Antonella Corda". Una empresa que tomó forma de la mano de Antonella, quien, tras tomar las riendas del negocio familiar en 2010, comenzó a trabajar en un proyecto revolucionario en algunos aspectos, basado en la creación de una "bodega boutique" capaz de ofrecer al mundo buenos vinos sardos, espejo fiel e incondicional del territorio serdiano. Para ser exactos, nos encontramos en Pranu Raimondo, en la provincia de Cagliari: aquí es donde la bodega "Antonella Corda" se dedica diariamente a su trabajo, esforzándose siempre por mejorar en el máximo respeto al equilibrio del medio ambiente, la naturaleza, la biodiversidad y el ecosistema. Partiendo de estos puntos fijos, todas las fases de trabajo, tanto entre las filas como en la bodega, se llevan a cabo con rigor y método, para alcanzar el objetivo final de producir vinos genuinos y refinados, capaces de conquistar los paladares más exigentes.
En el viñedo, las vides disfrutan de un microclima único, donde la abundancia de agua y las temperaturas suaves son esenciales para dar forma a uvas de calidad impecable. En la bodega se aplican las tecnologías más modernas y las mejores innovaciones en el campo de la enología con el máximo respeto a las tradiciones locales, de modo que cada etapa de la producción tiene como objetivo exaltar y potenciar todo lo que la estación y la tierra han plasmado en las uvas.
Al fin y al cabo, el resultado son unas etiquetas simplemente fabulosas. Desde el Nuragus di Cagliari DOC hasta el Vermentino di Sardegna DOC, pasando por el Cannonau di Sardegna DOC y sin olvidar el "Ziri" Isola dei Nuraghi: vinos que hablan de la mejor Cerdeña en cuanto a enología. Botellas a elegir para descubrir lo que significa ser "autóctono".