Villa Matilde
Pocas bodegas de Campania pueden disfrutar de la fama y el prestigio que siempre ha caracterizado la producción de Villa Matilde. La historia de la bodega comenzó en los años 60 con Francesco Paolo Avallone, abogado y apasionado de los vinos antiguos, que, intrigado por los relatos de Plinio y los versos de Virgilio, Marcial y Horacio sobre el vinum Falernum, decidió devolver a la vida el legendario vino que había desaparecido a principios del siglo pasado. Ayudado por un grupo de amigos, entre los que se encontraban algunos profesores de la Facultad de Agricultura de la Universidad de Nápoles, identificó, tras años de estudio, las vides que habían dado vida a Falerno en tiempos de los romanos: unas pocas vides que habían sobrevivido milagrosamente a la devastación de la filoxera a finales del siglo XIX fueron replantadas, con la ayuda de algunos agricultores locales, en la zona de Massico, donde antes habían prosperado. Así nació Villa Matilde. Pero eso no es todo, Villa Matilde está de hecho presente con algunos viñedos en las zonas vitícolas más importantes de Campania, desde el alto Casertano, al Sannio beneventano, hasta Irpinia.
Sin embargo, hoy en día Villa Matilde es la bodega que, más que ninguna otra, puede considerarse con razón el símbolo del renacimiento de Falerno. Hoy en día la bodega está dirigida por los hijos de Francesco Paolo, Maria Ida y Salvatore Avallone, que continúan el sueño y el proyecto de su padre con dedicación exclusiva, recogiendo la importante herencia y llevando a cabo una labor de innovación y ampliación de las hectáreas de viñedo en propiedad. El resultado son unas etiquetas sencillamente excelentes.
Desde el Falerno del Massico hasta la Falanghina, desde la "Vigna Caracci" hasta el "Cecubo", desde el Fiano di Avellino hasta el Greco di Tufo, terminando con el Taurasi, el Aglianico y el Rosati, son vinos que hacen referencia al nombre de la bodega "Villa Matilde", todos ellos caracterizados por una sorprendente calidad media, así como todos ellos extremadamente ligados a sus respectivos territorios de origen, fieles mensajeros de la más alta enología campaniana.
