Tenute Rubino

En los últimos años, los vinos de Tenute Rubino han experimentado un crecimiento imparable, hasta el punto de que esta bella realidad salentina se ha convertido en una de las más interesantes no sólo de Puglia, sino de todo el sur de Italia.
Fue a mediados de los ochenta cuando la familia Rubino comenzó, adquisición tras adquisición, a construir la finca que en una década conformaría la actual fisonomía del Tenute. Una base de producción que, desde el año 2000, está flanqueada por la nueva bodega de elaboración y crianza de Brindisi, la coronación de un proyecto de gran alcance, enteramente dedicado a la calidad total. Una realidad de la que nacen vinos estructurados, elegantes y modernos, expresivos tanto de las variedades de las que proceden como de un territorio, el de Salento, que cada vez se abre más camino hacia la excelencia.
La superficie plantada de vides, en cuatro grupos distintos, abarca un total de unas 275 hectáreas. Desde la cordillera del Adriático hasta las zonas del interior de la provincia de Brindisi, las características microclimáticas y edafológicas varían mucho, pero lo que permanece constante es el cuidado, la atención y la escrupulosidad con que se cultivan las plantas. Negroamaro, malvasía negra, malvasía blanca, primitivo y susumaniello, así como chardonnay, vermentino y aleatico: sea cual sea la variedad cultivada, se mantiene el máximo respeto por el medio ambiente, la naturaleza y el ecosistema entre las filas.
En la bodega, la filosofía no es muy diferente: se controla meticulosamente cada paso de la producción y se combinan las tecnologías de vinificación más modernas con las tradiciones locales más arraigadas. Las uvas se procesan e interpretan en un intento de sacar todo lo que la estación y el territorio son capaces de expresar en la fruta.
El resultado es una gama de etiquetas capaces de satisfacer todos los paladares, además de cumplir con los más altos estándares de calidad. Vinos simplemente excelentes.