Eleva
Eleva se encuentra en una posición encantadora, en el corazón de Valpolicella, en un terreno de especial vocación; la propiedad consta de cinco hectáreas de terreno, con vides y olivos, dispuestas en catorce terrazas, sostenidas por muros de piedra.
Franca Maculan se enamoró de este lugar y lo compró en 1989. Franca, licenciada en economía y cofundadora de la asociación nacional "Le Donne del Vino" (Las Mujeres del Vino), como profunda conocedora del mundo del vino, intuyó inmediatamente que aquí podían nacer grandes vinos.
Durante años, Franca se dedicó a renovar la finca, pero desgraciadamente, cuando todo estaba listo para empezar a producir, Franca descubrió que estaba gravemente enferma.
Al darse cuenta de que no tendría tiempo para ver su sueño hecho realidad, decidió que otros lo llevaran adelante y, con un legado en su testamento, cedió la propiedad a una organización benéfica. En esta asociación trabajaba la enóloga Raffaella Veroli, que había tenido como profesor en la universidad a Davide Gaeta, experto en marketing y economía empresarial, y lo involucró en el proyecto.
Fue a ellos a quienes la asociación decidió confiar la realización del sueño de Franca, una tarea que Raffaella y Davide se tomaron inmediatamente a pecho; hoy, por tanto, Eleva es una realidad que produce vinos y aceite que hablan el idioma de la tierra que los vio nacer, con pleno respeto al sueño de Franca Maculan, un sueño de autonomía pero también de excelencia.
Rodeados de bosques y en pendiente hacia la llanura, los viñedos de Eleva crecen, según los dictados de la agricultura ecológica, en suelos principalmente arcillo-margosos rojos y pardos, ricos en margas y detritus calcáreos, muy adecuados para la viticultura.
Las cepas cultivadas en la finca son las típicas de la zona: Corvina Veronese y Corvinone son las más comunes, seguidas de Rondinella, Croatina, Teroldego, Oseleta y Merlot.