D'Angelo

"Nullam, Vare, sacra vite prius severis arborem", o "No plantes ningún árbol antes que la vid sagrada": así decía el famoso poeta latino Horacio, que en su Oda a Varo aconsejaba plantar, antes que cualquier otra variedad de árbol, el de la vitis vinifera, que en Basilicata, tierra natal de Horacio, se traduce principalmente en un nombre: aglianico. En las tierras de Basilicata, el Aglianico, una de las cepas más antiguas y nobles de Italia, ha encontrado unas condiciones especialmente favorables, dictadas por los suelos volcánicos, la altitud y el ciclo de las estaciones, durante el cual tanto los fríos inviernos como los cálidos veranos presentan considerables oscilaciones térmicas entre el día y la noche. En este contexto, fue en los años 30 cuando Rocco D'Angelo fundó la bodega "D'Angelo", que hoy es el símbolo, no hace falta decirlo, de la mayor excelencia vinícola de Basilicata: el Aglianico del Vulture. Creada inicialmente como una empresa que vendía uvas frescas de Aglianico, que se vinificaban en bodegas del norte de Italia y se añadían a vinos de poco cuerpo y color, fue en 1971, con el establecimiento de la denominación de origen controlada, cuando cambió el enfoque y la empresa empezó a vender directamente vino embotellado con su propia marca. Actualmente, en la zona más clásica de producción de Aglianico del Vulture, entre Rionero, Barile, Ripacandida y Rapolla, hay más de cuarenta hectáreas de viñedos con los que cuenta la bodega. Entre las hileras de viñedos, se respeta al máximo el medio ambiente y el ecosistema, mientras que en la bodega, desde la vinificación hasta la crianza, se controla escrupulosamente cada fase de trabajo y cada paso. Así es como se crean las cerca de 400.000 botellas que produce anualmente la bodega D'Angelo: vinos en los que el Aglianico se interpreta de numerosas maneras, e incluso se convierte en vino espumoso, exaltando todas sus mejores características y sus más excelentes rasgos intrínsecos.