Bodega Garbin

En San Rafael, en la región de Mendoza, Argentina, uno se encuentra con la realidad vitivinícola de la "Bodega Garbin", una empresa fundada a finales de los años 70, concretamente en 1978. La bodega fue obra de Carlos Garbín, un empresario visionario que tuvo el mérito de poner en práctica su pasión y sus habilidades para crear lo que hoy es una de las mayores bodegas de la región argentina de Mendoza. Con el paso de los años, a Carlos le sucedió su hijo, Alejandro Garbin, quien, compartiendo la misma pasión que su padre, ha continuado el camino trazado por el propio Carlos, ampliando la empresa y contribuyendo a hacerla aún más funcional. Actualmente, la Bodega Garbin cuenta con una planta de producción con una capacidad de almacenamiento de hasta cuarenta millones de litros. Además, está la maquinaria de alta tecnología utilizada para transformar la materia prima en el producto acabado. Empezando por los equipos de filtración y envasado, pasamos a las máquinas de embotellado, sin olvidar la última tecnología innovadora que ha llegado a la empresa, que consiste en un dispositivo de refrigeración útil para controlar los vinos, sobre todo los destinados a la exportación. Tecnologías y números asombrosos que, sin embargo, nunca dejan de lado los más altos estándares de calidad, por lo que todo comienza con un cuidadoso control de las uvas y los viñedos, donde cada práctica agronómica es ponderada y elegida con el máximo respeto por el equilibrio de la naturaleza, el ecosistema, la biodiversidad y el medio ambiente. Desde hace años, los vinos de Bodega Garbin se venden en las góndolas de países como Estados Unidos, China, Italia, España, Alemania, Brasil, Ecuador y Colombia. Es así como los vinos etiquetados como "Bodega Garbin" han conquistado gran parte del mercado internacional, demostrando ser puntualmente confiables y de impecable calidad, capaces de contar la historia de la Argentina más bella en materia de enología.