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Argiolas

La historia de la familia Argiolas comenzó a principios del siglo XX.
Era exactamente 1906, el año en que Antonio, el patriarca, nació en Serdiana, en la provincia de Cagliari. Poco más de treinta años después, concretamente en 1938, en lo que siempre ha sido una tierra de agricultores, olivares y viñedos, el propio Antonio dio vida a la bodega Argiolas. Plantando hilera tras hilera, uniendo viñedo a viñedo, comenzó a producir vino, buscando siempre la calidad con rigor y método. Luego vinieron los hijos de Antonio, Franco y Giuseppe, que heredaron la pasión de su padre por la viña y el vino, y la compartieron y transmitieron, a su vez, primero a sus esposas y luego a sus propios hijos.
En la actualidad, la tercera generación de la familia Argiolas, los nietos de Antonio, ya trabaja activamente en la bodega. La receta es sencilla: temporada tras temporada, cosecha tras cosecha, de generación en generación, la tradición se transmite y se renueva, año tras año. En este contexto nace una línea de producción amplia y completa, capaz como ninguna otra de aprovechar el territorio y sus variedades más típicas, en una combinación perfecta. Vinos únicos, caracterizados por su intensidad, equilibrio y elegancia.
Actualmente, divididos en cinco fincas distintas, los viñedos que responden al nombre de Argiolas alcanzan una extensión total que supera las 230 hectáreas. En el respeto al medio ambiente, al ecosistema y al territorio, también hay espacio para la investigación y la experimentación, para las viñas que, en algunos casos, se cultivan incluso en libertad. En la bodega, excelentes uvas dan vida a las que llevan el nombre de "Turriga", "Korem", "Is Solinas" e "Iselis", luego "Costamolino", "Perdera" y "Costera", sólo por mencionar algunas de las etiquetas de Argiolas. Los vinos que salen de la bodega Serdiana son extremadamente agradables, cualitativamente superiores y fuertemente fieles al terruño al que pertenecen.